Posted by : Soy de Villa Sarmiento
Fuente: Diario Primera Hora
Ya no “flota como una mariposa” ni “pica como una abeja”. La
velocidad que lo caracterizó dentro del cuadrilátero se detuvo por
completo y su voz, la que tanto vociferó que era “el más grande”,
tampoco se escucha.
Cassius Clay, aquel que al convertirse al islamismo en 1964
se cambió el nombre a Muhammad Ali, cumple hoy 70 años y, aunque sus
días de gloria dentro de los cuadriláteros son cosa del pasado, su
legado en el boxeo es tan grande que ni la imagen enjuta y frágil que
proyecta hoy, a causa de la enfermedad de Parkinson ha podido borrar
el eterno reconocimiento de ser catalogado como el mejor boxeador de
todos los tiempos.
Pero, la trayectoria de Ali es mucho más que
haber ganado tres campeonatos mundiales en los pesos pesados, una
medalla de oro olímpica, enfrentar a los mejores boxeadores de su época y
haber transformado por completo la industria del boxeo.
Su lucha por los derechos de los afroamericanos, su firme
oposición a la guerra de Vietnam y su vinculación con distintas causas
humanitarias en y fuera de Estados Unidos lo convierten en una de las
figuras más influyentes del siglo XX.
“El más grande”
Cassius Marcellus Clay nació el 17 de enero de 1942 en Louisville, Kentucky.
A
sus 18 años ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Roma, en
1960, y el 29 de octubre de ese mismo año debutó en el profesionalismo.
El
25 de febrero de 1964 tuvo su primera oportunidad titular ante el
campeón peso pesado de entonces, Sonny Liston, y a pesar de no ser
favorecido por las apuestas, Clay destronó a Liston cuando el campeón no
salió al séptimo asalto.
Justo después de su primera pelea con
Liston, Clay reveló ser miembro de la Nación del Islam, movimiento
religioso que reunía a afroamericanos bajo los principios del islam con
el fin de velar y mejorar las condiciones sociales, económicas y
espirituales de la comunidad negra en Estados Unidos.
Bajo su doctrina, Clay se cambió el nombre a Muhammmad Ali y, de ahí en adelante, su carrera se disparó.
Estableció el peculiar estilo de combinar sus incuestionables
habilidades dentro del cuadrilátero con una envidiable capacidad de
oratoria que aprovechaba para ridiculizar a sus oponentes y promulgar su
grandeza.
Su estilo le ganó tantos admiradores como detractores, pero a todos los obligaba a ver sus peleas.
No
hubo boxeador de los pesos pesados de ese tiempo que no enfrentara y en
su extenso resumé aparecen legendarios nombres como el de Henry Cooper,
Floyd Patterson, Ken Norton, Leon Spinks y los dos oponentes que más
notoriedad recibieron en su momento: George Foreman y “Smokin” Joe
Frazier.
Objetor por conciencia
En 1967, Ali volvió a
ser noticia pero, esta vez, no por haber ganado o perdido una pelea. El
ya reconocido campeón mundial de dos organizaciones distintas (Consejo
Mundial de Boxeo y Asociación Mundial de Boxeo) se negó a participar del
servicio militar obligatorio en tiempos de la guerra de Vietnam y se
declaró objetor por conciencia.
Fue arrestado, encontrado culpable, y de inmediato fue despojado de sus títulos y su licencia de boxeador fue suspendida.
Pero
la semilla ya había sido sembrada. La oposición a la guerra cada vez
era mayor. El propio Ali, mientras apelaba su caso en los distintos
foros judiciales, se dedicó a ofrecer charlas en escuelas y
universidades en contra de la guerra y en favor de la igualdad de
derechos humanos.
Ali regresó a los cuadriláteros en 1970 y, un
año después, celebró la primera de tres peleas contra Joe Frazier, que
fue catalogada como “la Pelea del Siglo”.
Cuatro años después, ya
más lento y sin el brillo de antaño, volvió a estremecer al mundo.
Cuando nadie le daba oportunidad alguna, recuperó su título con un
impresionante triunfo sobre George Foreman en la pelea celebrada en
Zaire, África, y en 1975, protagonizó la llamada cartelera “Thrilla in
Manila”, la tercera y última parte de la trilogía frente a Frazier.
Peleó en Puerto Rico
Puerto
Rico no es extraño para “el más grande”. El 20 de febrero de 1976, Ali
celebró en el coliseo Roberto Clemente su única presentación en Puerto
Rico frente a Jean-Pierre Coopman.
Fue la primera pelea de Ali
luego de su tercer encuentro con Frazier y frente a los boricuas se
apuntó un fácil triunfo por nocaut en el quinto asalto sobre Jean-Pierre
Coopman.
Además, Ali es recordado por su presencia en la
televisión local en un paso de comedia con el desaparecido actor José
Miguel Agrelot y un encuentro que ambos celebraron para recaudar fondos
para un asilo de ancianos.
La pelea fuera del cuadrilátero
Ya
en el ocaso de su carrera, Ali no era ni la sombra de lo que una vez
fue. Sus últimos combates demostraron lo demacrada de su salud. Su
última pelea fue en 1981, una derrota por decisión ante Trevor Berbick, y
se retiró del boxeo con récord de 56-5 con 37 KO.
Tres años más tarde, en 1984, fue diagnosticado con la enfermedad de Parkinson.
Hoy
día, cada vez son menos las veces que aparece públicamente, la última
de ellas este sábado, cuando celebró sus 70 años de vida junto con sus
familiares y un puñado de amigos en Louisville, con una cena de gala en
su honor en el Centro Cultural que lleva su nombre, un museo dedicado a
su vida y su carrera.
Su delicada condición de salud apenas le permite trasladarse por sí solo y casi no articula palabras.
Pero su trayectoria en los cuadriláteros y su lucha por la igualdad de los suyos, 70 años después, camina y habla por si sola.