El joven triatleta brilló en el Panamericano juvenil de Canadá y se clasificó al Mundial de Nueva Zelanda. “Ojalá, algún día pueda estar en un Juego Olímpico. Ese es mi sueño”, proyecta.
Por Sergio Bogochwal
Hace ocho años, Flavio Morandini tomó una decisión clave en su vida. No le alcanzaba con practicar ciclismo o natación. Necesitaba más. Por eso, se propuso incursionar en una de las disciplinas más duras del deporte internacional: el triatlón, una competencia que reúne tres disciplinas: natación, ciclismo y carrera a pie. Y la apuesta salió bien, al punto de que, hoy, cuando su documento de identidad acusa 18 años, el joven nacido en Ramos Mejía es considerado una de las máximas promesas nacionales.
Morandini llegó a Canadá gracias al tercer puesto logrado en el Sudamericano de Chile y, con el puesto 14 -hizo un tiempo de 56 minutos y 40 segundos-, fue el argentino de mejor performance, incluso, mejorando su desempeño con respecto al Panamericano del año pasado cuando finalizó 22º. “Fue una competencia muy rápida.
En el agua, largamos los 60 juntos en una olla de 200 metros, e iban todos a fondo; en la bici, intenté escaparme, pero estaba difícil; y se definió en la parte a pie”, sintetiza Flavio, quien se quedó con una de las 15 plazas que se repartían para el Mundial que se disputará en octubre en Nueva Zelanda.
Así, el joven atleta matancero dirá “presente” en su segundo mundial junior -el año pasado, compitió en Pekín, China, donde quedó ubicado 33º entre 75 competidores- y seguriá recorriendo el mundo. “Gracias al triatlón, estuve en Canada, Chile, China y Sudáfrica”, enumera. Y agrega: “Igual, lo que más me gusta de este deporte es la adrenalina que tiene, especialmente, en el agua, en la que, a veces, nos pegamos cada paliza, je”.
Piensa en grande
Si bien sus condiciones lo ubican entre los mejores del mundo, Flavio asevera que son notorias las diferencias con los deportistas de otros países. “Los competidores de Estados Unidos y de países de Europa son más desarrollados a todo nivel. Tienen especialistas en todos los aspectos, ya sea en la alimentación o en los estudios médicos.
Hasta tienen marcas que les dan la ropa. Nosotros tenemos que comprar todo con nuestro dinero”, se lamenta.
El ramense, que es entrenado por Marcelo Liurgo, tuvo un acercamiento con autoridades del municipio de La Matanza, pero, hasta ahora, no hubo más que promesas. En tanto, recibe la ayuda del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD), creado en 2009 para financiar el deporte olímpico.
Mientras se prepara para el cierre de un año muy fructífero para su carrera, en el que ganó el 28º Triatlón Internacional de La Paz, Entre Ríos, y completó el podio en el Sudamericano de Chile, Flavio empieza a soñar a lo grande: “Ojalá, algún día pueda estar en un Juego Olímpico. Ese es mi sueño. Habrá que esperar hasta 2016”.
Para alimentar ese sueño, se entrena día a día en la pileta del club SITAS, bicicletea en Parque Sarmiento y sale a correr por la colectora de la autopista.
Para Flavio, no hay metas imposibles. Lo confirmó cuando dejó de limitarse a la práctica del ciclismo o de la natación para irrumpir en el triatlón. Ahora, representará al país en un Mundial. Quizás, en cuatro años, lo haga en los Juegos de Río. Los talentosos y perseverantes suelen transformar sus sueños en realidades.
No solo es cuestión de hombres
En la rama femenina, también hay una participante matancera que viene realizando buenas actuaciones. Se trata de Camila Caló, una vecina de San Justo de 17 años, integrante del seleccionado argentino de triatlón, que también estuvo en Edmonton, pero no alcanzó la marca requerida para clasificar al Mundial. Tras obtener excelentes resultados en competencias nacionales y un segundo puesto en el certamen internacional de La Paz, Entre Ríos, Camila comenzó su carrera en busca de logros continentales y ya logró instalarse entre las mejores triatletas juveniles
Fuente: El1Digital
Hace ocho años, Flavio Morandini tomó una decisión clave en su vida. No le alcanzaba con practicar ciclismo o natación. Necesitaba más. Por eso, se propuso incursionar en una de las disciplinas más duras del deporte internacional: el triatlón, una competencia que reúne tres disciplinas: natación, ciclismo y carrera a pie. Y la apuesta salió bien, al punto de que, hoy, cuando su documento de identidad acusa 18 años, el joven nacido en Ramos Mejía es considerado una de las máximas promesas nacionales.
Morandini llegó a Canadá gracias al tercer puesto logrado en el Sudamericano de Chile y, con el puesto 14 -hizo un tiempo de 56 minutos y 40 segundos-, fue el argentino de mejor performance, incluso, mejorando su desempeño con respecto al Panamericano del año pasado cuando finalizó 22º. “Fue una competencia muy rápida.
En el agua, largamos los 60 juntos en una olla de 200 metros, e iban todos a fondo; en la bici, intenté escaparme, pero estaba difícil; y se definió en la parte a pie”, sintetiza Flavio, quien se quedó con una de las 15 plazas que se repartían para el Mundial que se disputará en octubre en Nueva Zelanda.
Así, el joven atleta matancero dirá “presente” en su segundo mundial junior -el año pasado, compitió en Pekín, China, donde quedó ubicado 33º entre 75 competidores- y seguriá recorriendo el mundo. “Gracias al triatlón, estuve en Canada, Chile, China y Sudáfrica”, enumera. Y agrega: “Igual, lo que más me gusta de este deporte es la adrenalina que tiene, especialmente, en el agua, en la que, a veces, nos pegamos cada paliza, je”.
Piensa en grande
Si bien sus condiciones lo ubican entre los mejores del mundo, Flavio asevera que son notorias las diferencias con los deportistas de otros países. “Los competidores de Estados Unidos y de países de Europa son más desarrollados a todo nivel. Tienen especialistas en todos los aspectos, ya sea en la alimentación o en los estudios médicos.
Hasta tienen marcas que les dan la ropa. Nosotros tenemos que comprar todo con nuestro dinero”, se lamenta.
El ramense, que es entrenado por Marcelo Liurgo, tuvo un acercamiento con autoridades del municipio de La Matanza, pero, hasta ahora, no hubo más que promesas. En tanto, recibe la ayuda del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD), creado en 2009 para financiar el deporte olímpico.
Mientras se prepara para el cierre de un año muy fructífero para su carrera, en el que ganó el 28º Triatlón Internacional de La Paz, Entre Ríos, y completó el podio en el Sudamericano de Chile, Flavio empieza a soñar a lo grande: “Ojalá, algún día pueda estar en un Juego Olímpico. Ese es mi sueño. Habrá que esperar hasta 2016”.
Para alimentar ese sueño, se entrena día a día en la pileta del club SITAS, bicicletea en Parque Sarmiento y sale a correr por la colectora de la autopista.
Para Flavio, no hay metas imposibles. Lo confirmó cuando dejó de limitarse a la práctica del ciclismo o de la natación para irrumpir en el triatlón. Ahora, representará al país en un Mundial. Quizás, en cuatro años, lo haga en los Juegos de Río. Los talentosos y perseverantes suelen transformar sus sueños en realidades.
No solo es cuestión de hombres
En la rama femenina, también hay una participante matancera que viene realizando buenas actuaciones. Se trata de Camila Caló, una vecina de San Justo de 17 años, integrante del seleccionado argentino de triatlón, que también estuvo en Edmonton, pero no alcanzó la marca requerida para clasificar al Mundial. Tras obtener excelentes resultados en competencias nacionales y un segundo puesto en el certamen internacional de La Paz, Entre Ríos, Camila comenzó su carrera en busca de logros continentales y ya logró instalarse entre las mejores triatletas juveniles
Fuente: El1Digital
