Un entrenador de oro
Gabriel Taraburelli tiene 31 años y conoció la gloria por ser el entrenador de la única medalla de oro argentina en los Juegos Olímpicos de Londres 2012,
lograda por Sebastián Crismanich.Gabriel comenzó a practicar Taekwondo a los 6 años a instancias de amigos de más edad que lo practicaban en la Sociedad de Fomento Martín Güemes. Con el tiempo, luego de su crecimiento, tanto físico como deportivo, pasó al Club Social y Deportivo Glorias Argentinas en Mataderos, que fue su espaldarazo para entrar al equipo nacional y competir ganando campeonatos nacionales y pasar a la selección, donde ganó un selectivo interno, quedando como titular de la representación.
Desde ese momento compitió por el país en la categoría juveniles, para llegar a intervenir en torneos para mayores con edad de juveniles.
“A medida que se fue logrando resultados, el taekwondo pasó de ser un deporte de exhibición como en Seúl 88 y Barcelona 92 a participar en el 2000 dentro de los Juegos Olímpicos”, afirmó el deportista y continuó: “en 1999 clasifiqué en los Panamericanos que a partir del primero y segundo participaban en los Olímpicos de Sídney del año siguiente, lo que me abrió las puertas para representar al país en ese evento internacional”.
Gabriel confesó: “uno se prepara para tratar de llegar a lo más alto, que podría haber sido medalla de bronce, estuve muy cerca de conseguirlo, pero era la primera vez que Argentina tenía esa oportunidad. Hoy diría que hay un antes y un después en mi carrera, lo aproveché, lo disfruté a pesar de no haberlo conseguido, y vivir esa experiencia fue muy lindo para mi, era un Juego Olímpico y yo tenía 19 años”.
En el 2003 por los problemas internos de La Confederación Argentina de Taekwndo, sin un proyecto firme, sin incentivos, Gabriel jugó su último torneo dentro del país, donde terminó su carrera invicto, al ganarlo sin perder ningún partido.
Entre el 2004 y 2005 le dieron la posibilidad de trabajar como entrenador en la escuela de deportes del CENAR, que por supuesto aceptó, y al año, amigos y compañeros de equipo lo vinieron a buscar para que los entrenara. Al principio fue en El Progreso hasta que pasó al Glorias Argentinas, donde hasta hoy tiene su escuelita.
Más adelante, Taraburelli presentó un proyecto para la selección Nacional, que fue aprobado por la Confederación, primero lo hizo como ayudante de entrenador y después como entrenador hasta hoy.
En el 2008, siendo ayudante, tuvo su primer contacto con Sebastián Crismanich, para ir al Campeonato Sudamericano de Chile, donde lograron el segundo lugar por equipo en la masculina y primeros en la general. Crismanich salió campeón al igual que otros integrantes de la delegación, y desde ese momento comenzaron a trabajar juntos, con un intervalo de un año (por problemas internos del CENAR).
Desde abril del 2011 se conviertió en el entrenador de la Selección Nacional, viajando al mundial, al clasificatorio olímpico, al Panamericano, al Campeonato Sudamericano para llegar a estos Juegos Olímpicos de Londres. En todos los torneos lograron muchas medallas para culminar con la de Oro de Sebastián Crismanich.
“Lo más importante es el rebote del entusiasmo que provocan estos logros en los chicos, los que se lanzan masivamente a los gimnasios a practicarlos, porque el taekwondo es una disciplina que muestra formas de realzar nuestro espíritu y nuestra vida a través del entrenamiento de nuestro cuerpo y mente”, afirmço el deportista.
El medallista de oro argentino Crismanich, luego que fue seleccionado en el CENAR, comenzó a entrenarse con Gabriel Taraburelli a partir de febrero y hasta abril en Holanda, realizando todo un circuito europeo preparatorio, a la vuelta se concentraron en Chile para el Sudamericano, de allí a México, donde hay muchos jugadores de primer nivel, y a la vuelta ya partieron a los Juegos Olímpicos.
Hoy Gabriel siente que a través del taekwondo organizó su vida, no es sólo el trabajo sino que allí conoció a su esposa, que lo practica, con la que formó una familia y que incluso lo comparte con sus hijos Agustín y Camila quienes ya se han iniciado en el camino de ese deporte.
Entre sus proyectos Taraburelli refirió que esa medalla conseguida no significa que hallan cumplido un ciclo sino que recién están arrancando, que la meta es conseguir no una sino dos medallas, es seguir compitiendo en primer nivel y que la gente se acerque a los gimnasios a practicarlo a la vez que se le de la oportunidad, a todas las provincias, de llegar a un mundial.
El Taekwondo persigue el crecimiento armonioso y el perfeccionamiento de la vida con sus actividades únicas, ésta es la razón por la cual Gabriel puede decir que el Taekwondo es su forma de vida, donde se formó, encontró a su esposa, sus amigos y es el motor de muchos proyectos a su alrededor que lo motivan a un futuro promisorio.
Fuente: Periódico La Barra
