Ramos en un partido no apto para cardíacos.
En un agónico final y de visitante, Ramos Mejía LTC conservó la categoría y se quedó en Primera A de la liga Metropolitana de básquetbol.
En un agónico final y de visitante, Ramos Mejía LTC conservó la categoría y se quedó en Primera A de la liga Metropolitana de básquetbol.
El resultado final tuvo una diferencia de dos tantos: terminó 74 a 72 a favor de un Ramos que se nutrió de figuras formadas en el club como Martín Compiano (alero, integrante del equipo campeón de 2002); Javier Svoboda (hermano de Ariel Svoboda, ahora en Europa), Agustín Lobos y Sebastián Pardal.
También aportaron lo suyo los más jóvenes que son la mayoría del plantel ramense: el base Pontillo, de 20 años y formado en el club. Lucas Diorio (20, base) que jugó con un pié infectado. Matías Diorio, de 17, autor de dos triples en momentos clave; También Emi García Paura de 19 y Matías Burdman de 16.
El primer cuarto terminó dominado por los locales: Padua con 19 tantos contra 16: sin embargo la diferencia no varió demasiado hacia el fín del primer tiempo que terminó 37 a 32 a favor de Padua. El tercer parciál también se lo llevó el local, estirando una ventaja a 11 puntos.
Con todo en los últimos diez minutos el rancho puso todo lo que tuvo que poner para llevarse el partido en un agónico encuentro en el que se jugaba nada más ni nada menos que la permanencia.
También aportaron lo suyo los más jóvenes que son la mayoría del plantel ramense: el base Pontillo, de 20 años y formado en el club. Lucas Diorio (20, base) que jugó con un pié infectado. Matías Diorio, de 17, autor de dos triples en momentos clave; También Emi García Paura de 19 y Matías Burdman de 16.
El primer cuarto terminó dominado por los locales: Padua con 19 tantos contra 16: sin embargo la diferencia no varió demasiado hacia el fín del primer tiempo que terminó 37 a 32 a favor de Padua. El tercer parciál también se lo llevó el local, estirando una ventaja a 11 puntos.
Con todo en los últimos diez minutos el rancho puso todo lo que tuvo que poner para llevarse el partido en un agónico encuentro en el que se jugaba nada más ni nada menos que la permanencia.
Fuente: Oeste Hoy
