Posted by : Soy de Villa Sarmiento

En una final apasionante del Súper 4 de Handball Metropolitano, Colegio Ward coronó un año inolvidable, superando a Villa Ballester 22-21 en los últimos segundos. Luego de un cierre de 2012 opaco para los de Villa Sarmiento, se mentalizaron y cosecharon un año 2013 brillante, alzando además los trofeos de campeón en el Metro Apertura y el Nacional de Clubes en Mendoza.
Guionaron esta película desde los albores de este año, en aquel Febrero de una pretemporada durísima, donde costaba aguantar el ritmo, ese ritmo que a la postre les daría a los jugadores dirigidos por Rodolfo Jung el resto necesario para tener el plus invaluable a la hora de definir un título.
No definieron un título, sino que fueron ¡Tres! Quitando el Metropolitano Clausura, donde a dos fechas del final todavía tenían chances concretas, Colegio Ward se ganó el Oscar de oro al mejor film de Balonmano este 2013.

Un equipo de producción y dirección sin igual, desde Mariano Comaleras, pasando por Julio Cantore y llegando al hombre que convierte en oro todo lo que agarra, Pucho Jung. Campeón como jugador, también como director técnico, nunca tuvo que demostrar nada, pero nunca se cansa de ganar, y transmitiendo esas ganas y ese hambre a sus jugadores formó un equipo imparable.

Se puede decir que hay tanto actores principales como secundarios en este equipo, destacando a Pablo Vainstein, figura, goleador, jugador multiuso, le faltó atajar nada más, pero si bien el “colo” fue el pulmotor del equipo, cada uno aportó y mucho en momentos clave. La fortaleza y experiencia de Mariano Basile, Flavio Ferrantelli, Christian Canzoniero, Manuel Correché, Luciano Roldán, Adrián Pisani, la velocidad en los extremos de Francisco García Rogati, Martín Horak, Andres Podrzaj, el talento, la magia desde el centro de Juan Ignacio Cantore, sumándose la calidad de Martín Amato. 

En el pívot, cuando no estuvieron Vainstein o Pisani, Alejo Smalc demostró que tiene con qué quedarse con el puesto en un futuro. No olvidaremos destacar a Lucas Rodríguez Rosas, el “pelado” era el arquero titular hasta la suspensión que tuvo de 12 fechas, volvió con todo en este Super 4, siendo una pieza clave en la final para el triunfo sobre el ya clásico rival, Villa Ballester.

Haciendo un paralelo con el fútbol, más precisamente con Lanús y Vélez, Colegio Ward hace un impecable trabajo de juveniles, sumando jugadores formados en esa cancha blanca, el playón, a un equipo que sabe muy bien a lo que juega, gracias a una idea que se propaga generación tras generación. El trabajo, el esfuerzo, el compañerismo, todos valores grabados a fuego en la piel de cada jugador que alguna vez vistió la camiseta de Ward. Toda esa labor lleva a pelear campeonatos y lograr títulos, un proyecto que se mantiene y sigue cosechando resultados favorables. A no olvidar que esto se hace a pulmón, el Handball es un deporte amateur en Argentina y los clubes hacen todo lo posible con el sudor de la frente, obviamente los wardenses no son la excepción.

El trámite en sí del partido cúlmine del Súper 4 metropolitano fue harto parejo. Que ganaba Colegio, que ganaba Ballester, un partido con bajo goleo, muy firmes defensas, pero sobre todo arqueros infranqueables. Leonel Maciel de un lado, Christian Canzoniero, primero, y Lucas Rodríguez Rosas del otro. El “pelado” dio un quiebre anímico en el partido, parando 7 de los primeros 8 lanzamientos que recibió, recibiéndose de figura. Los conducidos por Elio Fernández tuvieron como estandarte, cuando no, al interminable Andrés Kogovsek. 

“Kogote” no paró de romper las redes desde el extremo derecho. Pero en los últimos segundos la frialdad de Correché para la asistencia y la contundencia de Juani Cantore para la definición le dieron a Ward un nuevo título, el tercero de un año mágico, como si fuera una película de Disney, teniendo algunos baches en el camino, pero picos de rendimiento altísimo, y cuando el nivel de juego no acompañó, la garra en la defensa y los dientes apretados en ataque para ganar partidos que no parecían nada favorables, como este sábado ante River.

El final es feliz para Colegio, medalla, aplauso, beso y Óscar. Estos hombres de hierro caminan por la alfombra roja que los lleva a la gloria eterna. Así como dice el himno de la institución, este equipo es un faro eterno de luz y esplendor.

¡Felicitaciones Colegio Ward tricampeón 2013!

Por Darío Federico Maiolo.

Imagen: Handball Colegio Ward

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