CLUBES Y DEPORTES

- ¿Desde cuándo y por qué empezaste a jugar al handball?
Empecé a la edad de mini, pero deje un tiempo para ir a jugar al papi futbol. A los 12 retomé la actividad, porque el papa de un compañero de colegio me insistía que tenía que volver a jugar para poder compartir cosas con mis compañeros. Le voy a estar siempre agradecido.
- ¿Nunca probaste con otro deporte? ¿Como fueron esas experiencias?Antes que el handball, jugaba al fútbol y al básquet. El básquet fue un periodo corto, pero al futbol jugué muchos años en el Estudiantil Porteño de Ramos Mejía. Recuerdo que me llamaron de Ferro para ir a hacer una prueba, pero mis horarios escolares me complicaron poder hacerlo. El fútbol siempre fue mi deporte preferido.

- Te tocó ir a jugar afuera a una edad temprana, ¿te costó tomar esa decisión o dijiste "esto es lo que quiero y voy de una"?

Me costó un poco porque tenía 18 años y recién terminaba el colegio. Pero estaba muy seguro que quería vivir esa experiencia. Al principio fue por 3 meses para hacer una prueba, y después me termine quedando 3 años.

- Una vez en Italia, ¿cómo fue la adaptación, los compañeros, el club? ¿Cómo viven el handball?

No podía haber ido a mejor club que al que fui.
Tuve la suerte de encontrarme con personas excelentes y con compañeros que me ayudaron a adaptarme, que todo fuera más fácil. Conocí grandes personas como Pablo Marrochi (Uruguay), Felipe Gaeta (Brasil) y Giorgio Fantasía.
En la ciudad donde vivía el handball lo viven con mucha pasión, tiene un estadio increíble para 5000 personas. Cuando ganabas era una fiesta, todos te saludan. Si perdías, !hasta el carnicero te decía como tenias que hacer las cosas!

- Volviste. Y fue a Ward, tu segunda casa. ¿Qué cosas aprendiste de jugar afuera y empezaste a aplicar acá, y con qué otras te reencontraste y extrañabas?

Algo que aprendí de jugar afuera fue la profesionalidad y la constancia de entrenamiento. Allá entrenaba todos los días, a veces doble turno, y acá se entrena 3 veces por semana ya que la mayoría de los jugadores trabaja y/o estudia.
Y algo que extrañaba de acá era jugar por la camiseta, por el honor. Cuando a uno le toca ser profesional muchas veces la garra, la pasión, pasa a segundo plano ya que uno trabaja para el club y forma una relación laboral. En cambio acá, se hace todo a pulmón: Tenemos que poner plata para jugar, para comprar pega, para viajar a algún Nacional, etc., pero cuando después se logran los objetivos, no hay mayor satisfacción. Ahí te das cuenta que valió la pena tanto sacrificio.

- Te acordás como fue la primer convocatoria a la Selección y tus sensaciones?

Me acuerdo que primero hubo un entrenamiento de la Selección de Femebal para un argentino, y justo en ese momento el entrenador de cadetes era Fernando Capurro, quien eligió a varios jugadores para empezar a entrenar en la Selección Nacional.
Me acuerdo que Capu me ponía a jugar de extremo derecho, ¡pero yo no quería saber nada!, a mi me encantaba jugar de pívot.
Pero el estaba convencido que al ser zurdo esa tenía que ser mi posición. Es el día de hoy que juego en la selección en esa posición. Le voy a estar siempre agradecido.

- De mirar el Mundial de Suecia desde afuera, te tocó jugar el de España.

Uno sabía que cuando se pasa de juniors a mayores hay que ser paciente porque todavía hay gente de mucha experiencia jugando, y uno necesita foguearse un poco más. Pero me acuerdo que muchos de mis compañeros de camada de Selección, como Juampi y Fede Fernández, Vieyra o Simonet tuvieron la oportunidad de jugar ese Mundial. Al haber compartido tantos momentos juntos, uno quería estar ahí pero también era consciente que tenia a dos grandes jugadores adelante mío como Pizarro y Kogote. Después del retiro de Kogo, supe que tenía una gran oportunidad para ocupar ese lugar, y tuve la suerte de jugar mi primer Mundial mayor.

- ¿Cuales son tus objetivos en la Selección?

Mi primer objetivo es demostrar todos los días que uno puede estar en el equipo.
A nivel torneo, el más inmediato es poder estar en los Odesur de marzo y también en el Panamericano de mitad de año.
Ojala tenga la chance de jugar otro Mundial mas en Qatar, y como objetivo general, el sueño de cualquier deportista: clasificar a un Juego Olímpico y estar en Río 2016.

- Y volviendo al ámbito local: ¿cómo fue cerrar un año como el 2013, con tantas satisfacciones deportivas?

Es el día de hoy que pienso en todo lo que se logro durante el 2013, y la verdad es que cuesta tomar dimensión. Cerrar el año con el Super 4 fue muy lindo a nivel emocional. Tuvimos la suerte de ganar el Apertura y el Nacional de clubes, pero la manera en que se ganó el último torneo, personalmente fue emocionante.
No solo en la final, sino también en la semi con River; jugamos con mucha garra y amor propio.
A veces las cosas no salen, uno está cansado y no puede jugar o desplegar el handball que el entrenador quiere, y en ese momento se juega solo con el corazón y la mente.

- ¿Que metas te propones para este año que recién comienza?

Seguramente que sea mejor que el año que pasó.
A nivel club, la idea es demostrar en el Panamericano de Clubes que uno está a la altura de poder jugarlo. Hay que ser realistas y saber que hay una gran brecha con los brasileros, y la idea es ir haciendo esa brecha más corta y quien dice meter algún batacazo, soñar no cuesta nada.
También es mantener el nivel del 2013 y que el Ward siga estando en lo más alto a nivel Nacional. Siempre me enseñaron que no es difícil llegar a ser el mejor equipo, sino mantenerlo.
En cuanto a la Selección, poder estar en todos los torneos que hay, como los Odesur y el Panamericano y formar parte del equipo que vaya a Qatar en enero.

- ¿Qué consejo o mensaje le darías a todos esos chicos y chicas que están dando sus primeros pasos en el handball?

Seguramente les diría que entrenen con pasión y sacrificio. Solo así se logran las cosas. Y cuando las cosas no salgan como uno quiere, hay que tener paciencia y por sobre toda las cosas, nunca bajar los brazos.

© PabloGonzález | Fotografía