Posted by : Soy de Villa Sarmiento

Fuente: superhandball.com.ar
Gastón Rudich
Vibrante, apasionante, friccionado, cerrado y peleado... son solo algunos de los adjetivos que podrían servir para calificar lo que fue la gran final que disputaron ayer por la tarde River y Ward, en el encuentro que marcó el cierre de un exitosísimo Torneo Super-4 Copa Nativa 2011.
River llegaba al partido decisivo luego de eliminar a Quilmes en la Qualy, en un match en el que los protagonistas prácticamente no tuvieron equivalencias, y de vencer convincentemente a S.A.G. Villa Ballester, el anfitrión del certamen. Ward, en cambio, venía de descansar un poco más, pues al ser el último campeón metropolitano, ingresaba al cuadrangular, con alfombra roja y por el pórtico principal; y de derrotar ajustadamente a un siempre peleador Sedalo.
Campeón del Nacional de Clubes y tercero en el Panamericano de Brasil por un lado, bicampeón metropolitano por el otro: la final que todos querían ver; el choque en el que no hay clasificaciones en juego, pero al que los mejores equipos quieren arribar.
Ward sacó chapa en el primer chico
Al margen de todas las especulaciones que se hicieron en la previa, Ward sería el que iba a llevar la voz cantante durante la primera mitad. Apalancando su rendimiento en la brillante tarea de Cristian Canzoniero bajo los 3 palos y dando muestras de todo su poderío mediante el contragolpe, fue la escuadra wardense la que empezó a marcar su impronta en el partido.
Llegaron los goles de Vainstein (soberbia rosca incluída) para romper el hielo, pues el encuentro estuvo 5 minutos en el dique seco; las contras de Correche-Cantore y los latigazos del ingresado Roldán, para poner a los de Ramos Mejía al frente. Por el lado de River, todos chocaban con un Canzoniero, que con el paso de los minutos comenzaba a hacerse cada vez más grande en el arco. River fallaba de 9 y también de 6, algo a lo que los conducidos por Snitowski no nos tienen acostumbrados.

Ward era superior en todas las lineas y River no podía terminar de plantarse en materia ofensiva. Sí lo hacía, sin embargo en defensa, con una agresiva 6-0, sustentada en el trabajo de Pablo Portela y de Schiaffino, que promediando la etapa inicial, sería reemplazado por Cristian Plati. Así fue como River empezó a cimentar una parcial remontada que los liderados por Viscovich iban a saber jaquear, con mucho orden y un estilo cada vez más marcado.
Pero no todo era color de rosas para Jung y compañía, Pablo Vainstein, de gran labor en el 3 defensivo, sufría 2 tempranas exclusiones que lo iban a dejar en capilla desde los primeros minutos hasta el cierre. Ojea, por su lado, era letal en las definiciones desde los 7 metros, por eso, 11-9, sería el resultado parcial.
El inicio del 2º... una síntesis del 1º
Los instantes iniciales del complemento serían un calco de lo ocurrido en la primera mitad. La muralla Canzoniero se encargaba de blindar con 4 candados el arco wardense y le permitía a sus muchachos mantener una clara ventaja de 3.
El partido se hacía cerrado y errático. El goleo se mantenía demasiado bajo, de hecho, al igual que en el inicio, Ward y River tardarían casi 5 minutos en romper el 0.
Sin embargo, en esos minutos se dio un pequeño presagio de lo que iba a pasar en el desenlace. La potencia de Juan Manuel Vazquez, desde el centro (enorme acierto del DT riverplatense), iba a lograr vulnerar el bloque rojo de los de Ramos Mejía, y Javier Denascimiento iba a bajar la pesiana del arco defendido por la banda; algo que River necesitaba para poder empezar a reconstruir con tranquilidad, un ataque que no tenía las cosas claras.
Más allá de eso, nada parecía hacer peligrar el resultado. Un Martín Viscovich descollante por momentos y un recambio efectivo (con el momentáneo ingreso de García Rogati en el extremo y de Martín Amato en la primera linea) seguían guiando a Ward por la senda de la victoria.
Una remontada de película con 2 nominaciones al Oscar.
Tras una exclusión por 2 minutos de Martín Viscovich, por tocar de atrás al Banchi Ojea en una contra (que con mucha astucia hizo todos sus méritos para dejar enganchado al estratega rival), una gran atajada de Canzoniero y un gol clave de Luciano Roldán, con un jugador menos para poner el 17-14 con 6 minutos por jugar; comenzaría un verdadero desenlace de ciencia ficción.
Gracias a las increibles atajadas de Javier Denascimiento a Basile y Correche, y los 3 golazos al hilo de Facundo Cangiani, River iba a equilibrar y dar vuelta la balanza de manera sorpresiva y espectacular con un parcial de 5-1 en el tramo final.
Todo comenzó con un roscazo infernal de Cangiani desde el extremo derecho. El jóven jugador riverplatense le faltó el respeto a quien, hasta ese momento, era la gran figura de la cancha. Cristian Canzoniero se paró junto al poste y vio pasar una rosca inmensa a más de un metro de su humanidad que puso el partido en suspenso, 17-15, con menos de 4 minutos por jugar. 
Un final imposible de narrar
Cuando River le pisaba los talones a Ward por primera vez en el partido, llegó la inoportuna descalificación de Schiaffino por parte de la dupla Aizen-Acuña, que iba a dejar a los millonarios con uno menos en cancha en su mejor momento del partido. Pero Denascimiento y Cangiani iban a ser los principales responsables de burlar a un Ward que para intentar mantener el resultado, marcaba mixto, con personales sobre Ojea y Vazquez.

Tras un penalazo de tendida de Cantore, Ward había recuperado el balón y con uno más en cancha, sucedería lo inexplicable. Un golazo de Cangiani entrando a velocidad por el centro, una infracción en ataque del mismísimo Viscovich y otra corrida explosiva de Cangiani tras impecable habilitación de Banchi para dejar atrás en un spring monumental a Cantore, que además se iría excluído por 2 minutos; le daban la igualdad a River por primera vez en la noche, a falta de 2 minutos y monedas por jugar.
River completó su sexto hombre en cancha. No obstante, cuando todo parecía indicar que la banda iba a cerrar el encuentro con uno más, llegó (en palabras de Hernán De Lorenzi quien relató en vivo para Handball de Primera Radio) la "increíble, insólita, insospechada e inconcebible" exclusión de Juan Ojea, para modificar una vez más, al menos en la teoría, el desenlace del encarnizado encuentro. El "Cerebro" quiso robarle de las manos el balón a un oponente, tras haber interpretado un fallo al revés y terminó siendo excluido por los colegiados.
Grande Denascimiento, mejor Vazquez, mucho mejor el Handball
Denascimiento se encargó de taparle un terrible pelotón a Roldán (de gran noche en los números) y Juan Manuel Vázquez, de poner a River por primera vez en la noche arriba en el marcador. El armador lateral hizo excluir a Pablo Vainstein por tecera vez y, acto seguido, concretó con un terrible cañonazo el gol de la victoria riverplatense. No nos podemos olvidar también de la gran tarea de Adrián Portela, haciendo jugar al equipo en los momentos clave de la novela.
El minuto final iba a ser meramente estadístico. Entre Plati y Pablo Portela le bloquearían el último intento a Mariano Basile y nuevamente Vázquez quedaría de cara al gol, de contra, lanzando un globo que daría en el techo del arco.
Enorme partido. Insuperable final en un torneo "institucionalmente" gigante, muy completo desde lo dirigencial, con un marco imponente en la catedral del Handball, el estadio Mundialista de Ballester, con una cobertura mediática inusual a la que, seguramente, le dedique párrafos a parte en los próximos días. Gran manera de cerrar 4 días a puro Handball, con los mejores jugadores y los mejores equipos del país, sacándose chispas en cada partido: ¡Qué linda manera de vivir todo el Handball en un solo lugar!

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