Fuente: Blog Ramos Básquet
Ramos consiguió un valioso triunfo como local ante Estudiantes de Olavarría por 73 a 68 con bastante sufrimiento tras ir ganando por veinte puntos de diferencia en el tercer cuarto. Segon, Massarelli y Alvarez, los líderes del Rancho.
El tablero electrónico indicaba que al partido le quedaban solamente cinco segundos. Ramos Mejía ganaba en casa 70-68 pero Estudiantes tenía la chance de igualar desde la línea de libres. Martín Miner miró el aro, elevó sus brazos y lanzó, pero el tiro se fue largo. Alivio, a medias. Nadie quería que ocurra lo mismo que en Olavrría en el partido de ida cuando un rebote en ataque le dio al Bataraz la chance de ir a tiempo suplementario (y luego ganarlo). El segundo, también afuera, desató la alegría total porque la pelota ya la había capturado Gonzalo Alvarez.
Las anteriores líneas sólo dscribieron los últimos segundos de un gran partido entre Ramos y Estudiantes, en el que hubo de todo.
El comienzo fue netamente del local. Inspirado y efectivo en ataque con los triples de Martín Cuello (8 puntos) y Maximiliano Segón (16 y goleador), Ramos tomaba el mando demasiado rápido (19-10) ante un Estudiantes que intentaba contestar con algunos intentos de Franco Rivero (9).
Era demasiado bueno el arranque del Rancho, que estaba sólido defensivamente y hasta lujoso en ataque, como por ejemplo una jugada que empezó con un robo en campo ajeno de Pablo Cihal, siguió con un pase a Cuello y éste asisitendo de faja para que Gonzalo Alvarez (14) deposite "la naranja"dentro del aro.
El equipo de Patricio Neilan se lucía en el primer parcial ante un desconcertado Estudiantes y cerraba a toda orquesta 29-15.
Los retos de Alejandro Pepiche en el banco visitante hicieron despertar al Bataraz porque en apenas un minuto y medio del segundo cuarto logró un parcial de 7-0 encabezado por Federico Arce (15). Era el despegue de Olavarría pero algunos fallos en contra provocaron un desconcierto que terminó con una falta técnica al entrenador.
A partir de allí, Ramos volvió a pegar duro con un triple de Lucas Cassettai para escaparse 36-22 y posteriormente, con un positivo ingreso de Martín Zekas (5/7 en dobles), la diferencia se amplió a 42-24.
Ya sobre el cierre del período, otra vez descontó Estudiantes con Matías Estalles y Arce, pero no había conformismo para los olavarrienses, que eran ampliamente superados por Ramos Mejía.
El tercer cuarto arrancó otra vez a pedir del Rancho. Dos triples de Luciano Massarelli de frente al aro, más otro de igual posición de Álvarez le dieron la máxima ventaja del juego a un Ramos que prácticamente convertía todo lo que tiraba.
En algún momento la rahca iba a acabarse, eso estaba claro. No se podía mantener semejante nivel y menos ante un equipo que pelea arriba como Estudiantes. Eso mismo ocurrió al finalizar el tercer parcial con una corrida de 14-3 (59-47) del visitante gracias a Jonatan Ledesma y la mano de Martín Miner.
Ramos ya no estaba seguro en ataque, se complicaba con la defensa zonal de Estudiantes y caía en la desesperación cuando la pelota no entraba. Así, el Bataraz fue achicando la brecha con oficio y paciencia hasta quedar a tiro del empate.
El parcial global que venía del tercer cuarto llegaba a ser de 23-5 para los de Olavarría que empezaban a atemorizar al público local. Aún quedaba más de la mitad del último período y Estudiantes estaba a cuatro (60-64) cuando la diferencia hace minutos era de veinte para Ramos.
Pero lo peor no estaba por venir porque el Bataraz quedó a un triple del empate que Rivero no pudo anotar desde la esquina y los fantasmas del suplementario empezaron a sobrevolar el Rancho.
El juego ya pasaba a ser para cualquiera y la máxima tensión se apoderó del gimnasio. Tal es así que en el minuto final, una pérdida de Cassettai por pisar la línea de fondo le agregue más suspenso al partido porque Ledesma puso a un doble (68-70) a Estudiantes.
Otro ataque fallido de Ramos y una falta a Miner cuando éste atacaba el aro paralizaban varios corazones en las tribunas locales, ya que sólo quedaban cinco segundos. El alero erró ambos libres y el posterior rebote de Alvarez, permitió el respiro generalizado porque el Negro anotó el primero de los libres posteriores y tras el segundo marrado, apareció Segón para estampar el 73-68 final con un doble corto.
Fue merecido, aunque sufrido el triunfo del Rancho que acomoda en la tabla de posiciones lejos del puesto de descenso y cerca de los cinco mejores.
Síntesis:
Ramos Mejía LTC (73): Lucas Cassettai 6, Martín Cuello 8, Maximiliano Segon 16, Gonzalo Alvarez 14 y Pablo Cihal 4 (f.i.); Martín Zekas 12, Luciano Massarelli 13, Martín Terzi 0, Dante Predazzi, Facundo Pontillo y Matías Mammarella. DT: Patricio Neilan.
Estudiantes (68): Joaquín Giordana (x) 0, Jonatan Ledesma 12, Franco Rivero 9, Matías Estalles 10 y Gerardo Barrera 4 (f.i.); Federico Arce 15, Guillermo Crespo 3, Martín Miner (x) 11 y Juan Varas 4. DT: Alejandro Pepiche.
Parciales: 29-15 / 18-18 (47-33) / 15-18 (65-51) / 11-17 (73-68)
Árbitros: Maximiliano Cáceres y Diego Monti.
Estadio: Ramos Mejía Lawn Tennis Club
Ramos consiguió un valioso triunfo como local ante Estudiantes de Olavarría por 73 a 68 con bastante sufrimiento tras ir ganando por veinte puntos de diferencia en el tercer cuarto. Segon, Massarelli y Alvarez, los líderes del Rancho.
El tablero electrónico indicaba que al partido le quedaban solamente cinco segundos. Ramos Mejía ganaba en casa 70-68 pero Estudiantes tenía la chance de igualar desde la línea de libres. Martín Miner miró el aro, elevó sus brazos y lanzó, pero el tiro se fue largo. Alivio, a medias. Nadie quería que ocurra lo mismo que en Olavrría en el partido de ida cuando un rebote en ataque le dio al Bataraz la chance de ir a tiempo suplementario (y luego ganarlo). El segundo, también afuera, desató la alegría total porque la pelota ya la había capturado Gonzalo Alvarez.
Las anteriores líneas sólo dscribieron los últimos segundos de un gran partido entre Ramos y Estudiantes, en el que hubo de todo.
El comienzo fue netamente del local. Inspirado y efectivo en ataque con los triples de Martín Cuello (8 puntos) y Maximiliano Segón (16 y goleador), Ramos tomaba el mando demasiado rápido (19-10) ante un Estudiantes que intentaba contestar con algunos intentos de Franco Rivero (9).
Era demasiado bueno el arranque del Rancho, que estaba sólido defensivamente y hasta lujoso en ataque, como por ejemplo una jugada que empezó con un robo en campo ajeno de Pablo Cihal, siguió con un pase a Cuello y éste asisitendo de faja para que Gonzalo Alvarez (14) deposite "la naranja"dentro del aro.
El equipo de Patricio Neilan se lucía en el primer parcial ante un desconcertado Estudiantes y cerraba a toda orquesta 29-15.
Los retos de Alejandro Pepiche en el banco visitante hicieron despertar al Bataraz porque en apenas un minuto y medio del segundo cuarto logró un parcial de 7-0 encabezado por Federico Arce (15). Era el despegue de Olavarría pero algunos fallos en contra provocaron un desconcierto que terminó con una falta técnica al entrenador.
A partir de allí, Ramos volvió a pegar duro con un triple de Lucas Cassettai para escaparse 36-22 y posteriormente, con un positivo ingreso de Martín Zekas (5/7 en dobles), la diferencia se amplió a 42-24.
Ya sobre el cierre del período, otra vez descontó Estudiantes con Matías Estalles y Arce, pero no había conformismo para los olavarrienses, que eran ampliamente superados por Ramos Mejía.
El tercer cuarto arrancó otra vez a pedir del Rancho. Dos triples de Luciano Massarelli de frente al aro, más otro de igual posición de Álvarez le dieron la máxima ventaja del juego a un Ramos que prácticamente convertía todo lo que tiraba.
En algún momento la rahca iba a acabarse, eso estaba claro. No se podía mantener semejante nivel y menos ante un equipo que pelea arriba como Estudiantes. Eso mismo ocurrió al finalizar el tercer parcial con una corrida de 14-3 (59-47) del visitante gracias a Jonatan Ledesma y la mano de Martín Miner.
Ramos ya no estaba seguro en ataque, se complicaba con la defensa zonal de Estudiantes y caía en la desesperación cuando la pelota no entraba. Así, el Bataraz fue achicando la brecha con oficio y paciencia hasta quedar a tiro del empate.
El parcial global que venía del tercer cuarto llegaba a ser de 23-5 para los de Olavarría que empezaban a atemorizar al público local. Aún quedaba más de la mitad del último período y Estudiantes estaba a cuatro (60-64) cuando la diferencia hace minutos era de veinte para Ramos.
Pero lo peor no estaba por venir porque el Bataraz quedó a un triple del empate que Rivero no pudo anotar desde la esquina y los fantasmas del suplementario empezaron a sobrevolar el Rancho.
El juego ya pasaba a ser para cualquiera y la máxima tensión se apoderó del gimnasio. Tal es así que en el minuto final, una pérdida de Cassettai por pisar la línea de fondo le agregue más suspenso al partido porque Ledesma puso a un doble (68-70) a Estudiantes.
Otro ataque fallido de Ramos y una falta a Miner cuando éste atacaba el aro paralizaban varios corazones en las tribunas locales, ya que sólo quedaban cinco segundos. El alero erró ambos libres y el posterior rebote de Alvarez, permitió el respiro generalizado porque el Negro anotó el primero de los libres posteriores y tras el segundo marrado, apareció Segón para estampar el 73-68 final con un doble corto.
Fue merecido, aunque sufrido el triunfo del Rancho que acomoda en la tabla de posiciones lejos del puesto de descenso y cerca de los cinco mejores.
Síntesis:
Ramos Mejía LTC (73): Lucas Cassettai 6, Martín Cuello 8, Maximiliano Segon 16, Gonzalo Alvarez 14 y Pablo Cihal 4 (f.i.); Martín Zekas 12, Luciano Massarelli 13, Martín Terzi 0, Dante Predazzi, Facundo Pontillo y Matías Mammarella. DT: Patricio Neilan.
Estudiantes (68): Joaquín Giordana (x) 0, Jonatan Ledesma 12, Franco Rivero 9, Matías Estalles 10 y Gerardo Barrera 4 (f.i.); Federico Arce 15, Guillermo Crespo 3, Martín Miner (x) 11 y Juan Varas 4. DT: Alejandro Pepiche.
Parciales: 29-15 / 18-18 (47-33) / 15-18 (65-51) / 11-17 (73-68)
Árbitros: Maximiliano Cáceres y Diego Monti.
Estadio: Ramos Mejía Lawn Tennis Club
